jueves, 21 de noviembre de 2013

Los extraterrestres

      Ese día amaneció como otro cualquiera. Sonó el despertador, me levanté, desayuné, me puse la ropa y salí de mi casa dispuesto a ir al instituto. Nada más salir vi que el cielo tenía distinto color, pero no presté mucho interés. Al llegar al instituto, todos en el patio comentaban cosas extrañas que les habían pasado al levantarse. Fui uniendo cabos y decidí descubrir qué sucedía.
   Empecé a ver gente que no había visto hasta el momento en el instituto, en la calle... de pronto, una niebla cubrió todo y me fui a mi casa, puse el televisor y todas las cadenas tenían la misma noticia: "unos seres extraños habían invadido TODA LA TIERRA".
   Sí, no solo era mi pueblo, sino ¡Toda la tierra! ¡Y ahora, a ver qué querrán!, porque como en todas las "pelis" lo que quieren es someter a los humanos a la esclavitud o quedarse con la tierra porque su planeta se va a destruir.
   Pero estos extraterrestres eran extraños, no parecían querer nada de eso. Ellos lo que hacían era entrar en las tiendas, supermercados, fruterías... preguntando a todos por una fórmula para fabricar algo que allí había. Era extraño sólo entraban en esos sitios. ¿Qué habría allí que ellos querían saber cómo fabricar? Según ellos, era una cosa ovalada, de color verde, su interior lleno de pepitas y al comerse era dulce y jugoso, ¡Era un melón! ¡Vaya un melón!. Pero... ¡Qué fórmula ni qué fórmula! ¡Lo que hay que hacer es enseñarles a sembrar melones!. Pero, claro, su planeta no presentaba las condiciones adecuadas para cultivarlos, así que llegaron a un acuerdo con los humanos: vendrían todos los veranos a comer esa fruta, bueno, todos los veranos o.. a saber el tiempo que tardarían en volver. Así que planeta va y planeta viene.
   
                                                 Antonio José Hernández Lara. 1º B

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