Escritos ganadores del concurso "Soy afortunado/a"

Soy afortunada

 

Soy afortunada por tener una familia con salud, soy afortunada por tener un padre, una madre y una abuela que me han aportado todo: el respeto, amor y vergüenza, y lo más importante, LOS VALORES.

Soy afortunada por estar sana y no padecer ninguna enfermedad. Soy afortunada por tener unos maravillosos amigos que me quieren, me apoyan en todo, me respetan y me hacen recapacitar sobre lo que está bien o mal.

Soy afortunada porque tengo una educación gratis, es decir, una oportunidad en la vida que me servirá para conseguir mis sueños. Soy afortunada porque nunca me ha faltado un plato de comida en la mesa. Soy afortunada porque gracias a mis padres, no me falta de nada, tengo ropa y una casa. Soy afortunada porque gracias a mis padres, soy una persona humilde y sé encontrar mi felicidad ya que yo misma me he dado cuenta de que sé valorar lo que tengo, y mi felicidad no depende de lo material, ya que sólo son caprichos, que, aun teniéndolos, no se puede comprar la felicidad. Y soy afortunada por vivir.

 

Ángela Ortega Risueño (2º C)

 

 

 

 

 

El amor de mi vida

Descubrí el amor, a mi alma gemela, a mi media naranja, a mi cómplice y confidente hace más de 17 años. Mi hermana es mi amor a primera vista, tanto es así, que incluso crecimos juntas dentro de mi madre, es decir, inseparables siempre y para siempre.

Ella me ha enseñado a mirar por los demás, a no ser egoísta, a tratar a las personas tal y como merecen, pero siempre a ver mi lugar y “privilegiarme” antes que a nadie. Y, por último, saber lo que vales para que así nadie te pueda apagar.

Daría mi vida por ella y yo sé que ella también por mí; así que, por eso, tengo claro que, aunque no esté enamorada de ella como pareja, es la persona más importante de mi vida y el amor de mi vida.

 

 María Tirado Fresco (4º C)

 

 

 

 

 

 

 

Soy afortunada

Soy afortunada porque aparte de todas las dificultades, trabajos, estrés, responsabilidades, lágrimas, desesperaciones… mi madre siempre saca lo mejor de ella para mostrármelo a mí. Soy afortunada por levantarme cada día, por tener un plato de comida, por tener a mi madre y tener la suerte de que me conozca tanto ya que se fija en esos detalles que a lo mejor para ella son insignificantes, pero si para mí es importante, para ella lo es. Soy afortunada por tener una mini yo, una niña que me da alegría con sus grandes sonrisas y que me toma como ejemplo a seguir.

Soy afortunada por tener un hermano que, aunque no sea de sangre, él tiene una parte de mi corazón. Soy afortunada por tener amigas que me hacen sentir yo misma.

Soy afortunada por tener dinero para comprarme libros; en ellos encuentro la paz, la felicidad… me adentro en sus suaves páginas y vivo tantas historias que hasta me olvido de la mía propia.

Estoy muy agradecida, y soy afortunada por tener derecho a una educación y una oportunidad de estudiar para poder cumplir mis sueños y tener una vida plena. Y, por último, soy afortunada por quererme a mí misma.

 

Miriam Navarro Martín (3º A)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Soy Afortunada

 

Querido Marcos, en este 14 de febrero quería dedicarte esta carta.

Sé que no suelo decirte este tipo de cosas, me conoces, pero creo que es un buen momento para expresar mis sentimientos.

En primer lugar, te quería dar las gracias. Las gracias por todo lo que haces por mí. Desde que tengo conciencia has estado aquí para mí. Al principio no me gustaba pues sentía que eras como un pollito que me seguía a todos lados, pero después comprendí que sólo querías aprender de mí y ayudarme en todo lo que pudieras, y, eso, me hace muy feliz, aunque no lo muestre. Aunque nos peleemos por todo, aunque te chinche y tú me chinches.

Aunque no lo parezca, porque no soy muy expresiva, eres una de las personas más importante de mi vida, por no decir la más importante. Me ha costado comprenderte y sigo en ello, pero cada cosa nueva de ti me gusta más que la anterior.

Verdaderamente te aprecio muchísimo, aprendo mucho de ti, pero, sobre todo, te quiero. Mucho más de lo que puedas imaginar. Por eso te he querido dedicar esta carta. No es mucho, pero es lo que siento.

Te quiere, tu hermana.

 

María Jiménez (2º B)